En un nuevo comunicado, las personas que privaron de su libertad a Diego Fernández de Cevallos señalan que su familia lo abandonó y que a sus amigos no les importó su suerte. A continuación el nuevo comunicado.
Dicen que «El Jefe Diego» parecía virrey de la Nueva España y, en consecuencia, muchos querían verlo preso o peor aún, muerto.
Dicen que para todo fin práctico fungió como vicepresidente de México y, tras aquella noche en que su pasado lo alcanzó, no faltó quien quiso que se pudriera en los infiernos ni quienes lo alabaron por la doble hazaña, según de ser un viejo huevudo y un cabrón bien hecho.
Dicen que pudo haber sido objeto de venganza de algún grupo de poder o de particulares defraudados o ardidos y se ignora si su desaparición, vuelta luego secuestro, aparte de fines económicos tuvo algún propósito o si se trató de un intento de trueque del narcotráfico.
Dicen que sus últimas fotos sólo mostraron los restos del hombre intocable y poderoso que fue y que sembrador de vientos y cosechador de tempestades, no se sabe si fue víctima de una banda del crimen organizado o de algún grupo poderoso del Gobierno o de alguna organización guerrillera.
Gracias a la trayectoria personal y pública de «El Jefe Diego», se seguirán diciendo muchas cosas y quizá todas quepan como líneas de investigación desde que su familia lo abandonó y desde que a sus propios amigos no les importó su suerte.
¿Seguiremos informando?
Los misteriosos desaparecedores
Fuente: Grupo Reforma
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