El volcán Chaitén, en erupción desde el pasado viernes, intensificó ayer su actividad y obligó a la presidenta Michelle Bachelet a ordenar el desalojo de comunidades y equipos de emergencia en un radio de 30 kilómetros.
Dos violentas sacudidas lanzaron gases y cenizas hasta una altura de 30 mil metros, mientras el Servicio Nacional de Geología y Minería señaló que «las condiciones están dadas para que algo peor ocurra». Los materiales volcánicos siguen llegando a la costa atlántica argentina, donde varias poblaciones tienen problemas de agua potable.
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